Pruebas diagnósticas: Mitos y creencias
Beatriz Mota Ambrós • 27 de octubre de 2019
Seguro que alguna vez has ido a la consulta del médico y te ha pedido una prueba diagnóstica, cuyo informe detalla cosas que te suenan como: "protusión", "hernia", "ciática", "pinzamiento", "bursitis". Resulta que tu vecina, la del 5º, tuvo lo mismo hace unos meses comentando que "fue muy jodido" y crees que tienes "ese dolor porque según el informe, estás fatal".
Hoy te vamos a explicar porqué la gran mayoría de casos no tiene nada que ver lo que muestra tu prueba diagnóstica con la consulta en clínica, y para qué utilizamos los fisioterapeutas esta herramienta.
Hoy te vamos a explicar porqué la gran mayoría de casos no tiene nada que ver lo que muestra tu prueba diagnóstica con la consulta en clínica, y para qué utilizamos los fisioterapeutas esta herramienta.

Comenzaremos explicando en qué consisten cada una de las pruebas diagnósticas, para qué están dirigidas y diferencias entre ellas: (sólo para los curiosos)
- La resonancia magnética utiliza ondas de radio potentes y campos electromagnéticos para generar imágenes de tejidos internos, mediante cortes desde diferentes perspectivas. Se utiliza una frecuencia que no utiliza rayos X, por lo tanto, no genera una radiación al organismo. Se utiliza para cualquier parte del cuerpo, tanto para el aparato cardiovascular, pulmonar, digestivo, sistema nervioso central, etc. Pero nosotros hoy vamos a hablar desde la perspectiva musculoesquelética, ya que es nuestra especialidad.
- La radiografía genera rayos X, y se utiliza para ver estructuras óseas del cuerpo: la posición de hueso con hueso, articulaciones entre si, deformidad del hueso, rotura, fisuras, luxaciones... El cuerpo se expone a una pequeña dosis ionizante, por lo que esta prueba sí irradia, pero en proporciones que no son perjudiciales para nuestra salud, aunque no se recomienda realizar varias en cortos periodos de tiempo.
- La ecografía utiliza ondas sonoras de alta frecuencia, que junto con una pantalla y un cabezal (transductor) que capta la imagen, se observa in situ las estructuras que queremos valorar, ya sea en una embarazada el feto, o en el resto de personas el corazón, vasos sanguíneos, riñones, tendones, fibras musculares, etc. Estas dos últimas son las que con más frecuencia observamos en la clínica, que nos aporta información sobre inflamaciones de tejidos, roturas, o signos de degeneración.
- La electromiografía es una prueba invasiva, ya que se necesita para ello introducir una pequeña aguja que actúa como electrodo en el músculo a valorar. Registra la actividad nerviosa que existe en la zona cuando realiza un movimiento voluntario para ver la velocidad de respuesta y la calidad de la misma. Está dirigido para pérdidas de fuerza, hormigueos, pérdida de sensibilidad, todos los síntomas y signos que hagan sospechar de un problema del sistema nervioso periférico (tejido nervioso).

Para que entendáis la funcionalidad de estas pruebas en el ámbito fisioterápico, vamos a enfocar el post en dos direcciones; supuesto del paciente que viene con prueba diagnóstica y "no sale nada", y el paciente cuyo informe es tan extenso que no sabéis ni por donde empezar.
- SUPUESTO A: TODO SALE NORMAL. NO HAY ALTERACIONES DE TEJIDO.
A diario nos encontramos con pacientes que acuden a la clínica con una o múltiples pruebas diagnósticas para saber de dónde proviene su dolor. Normalmente, en muchas de ellas no se observan alteraciones importantes que condicionen una patología en concreto, pero no por ello debemos de dejar de seguir buscando dónde está el problema. Cuando un paciente necesita ir a un profesional sanitario porque tiene una alteración, debemos hacer una valoración exhaustiva y personalizada de la zona de dolor. Estas pruebas nos aportan cierta información, es una herramienta más de las muchas que tenemos, pero no debemos centrarnos única y exclusivamente en ellas. De hecho, es sólo una parte de la anamnesis que debemos de hacer con el paciente. Nosotros, los fisioterapeutas, consideramos más importante conocer qué tipo de dolor tiene, la frecuencia e intensidad, zona, movimientos incapacitantes, mecanismo de lesión, dolor nocturno o en reposo...
El problema real de esta situación, es que la gran mayoría de veces, cuando vais al profesional sanitario que os mando la prueba, al no observar nada, suele mandar medicación: paracetamol, antiinflamatorios, "relajantes musculares" (aunque de este último crearemos un post más adelante porque tenemos para extendernos bastante). Por lo tanto, ¿nos esta dando una solución a nuestro problema? Definitivamente no. Lo único que vamos a conseguir con esto es tapar el problema real, pero la alteración que creo nuestro dolor, no lo solventa. Creamos una dependencia a la medicación, bajas laborables extensas, y gastos elevados en la seguridad social, y aun así, los pacientes siguen experimentando dolor.
En el caso de que el paciente presente un dolor, pero en su prueba diagnóstica no aparezca una patología clara, no significa que el tejido esté en condiciones óptimas. Simplemente no existe una lesión "grave". Debemos buscar, con otras herramientas de valoración, qué está funcionando de forma incorrecta. Generaremos nuestras hipótesis, empezaremos un tratamiento específico para ver si mejora el paciente, o por el contrario debemos de revalorar la zona y cambiar dicho tratamiento hasta que se solucione el problema. Entonces, ¿podemos pensar que la prueba diagnóstica no sirvió para nada? No es así, ya que gracias a ella pudimos descartar algunas otras alteraciones que limitarían nuestra forma de tratar y gracias a eso sí pudimos adelantar en el tratamiento; comenzar con ejercicios de carga, poder utilizar terapia manual sin problema, movilizar tejidos, etc.
- SUPUESTO B: TECNICISMOS EN EL INFORME.
Ahora pongámonos desde la otra probabilidad; te han hecho una prueba diagnóstica y lees palabras de una jerga sanitaria, de las cuales no tienes ni idea, pero imaginas que es algo "grave". Miras las imágenes y como no sabes interpretar nada, vas al señor Google y le preguntas sobre todo lo que hay en el informe. Evidentemente todo lo que vas a encontrar van a ser cosas muy desagradables y que aún te van a generar más dudas y miedos.
Pues bien, primero de todo, quiero que entendáis que el cuerpo humano es una máquina con tejidos que van limitando su función si no la trabajamos en condiciones, y llegará un momento que tendremos artrosis, degeneración, etc. Esto ocurre, en mayor o en menor medida, dependiendo de nuestra forma de movernos, nuestro estilo de vida (alimentación, deporte, hábitos tóxicos, etc). TODOS vamos a pasar por eso, porque nuestra anatomía, evidentemente, tiene una fecha de caducidad, y conforme vamos cumpliendo años, este tipo de patologías van a formar parte de nosotros.
De todas formas, queremos dejar claro que no todas las patologías degenerativas van a producirnos dolor cuando las tengamos. Por poneros un ejemplo: los típicos osteocitos que aparecen en tendón; evidentemente van a alterar la función del tendón, pero un osteocito no aparece de la noche a la mañana, si no que puede estar ahí desde hace años. Sin embargo, no sabemos de su existencia hasta que te hacen una prueba. Esto se interpreta que a día de hoy, ese osteocito ha irritado o alterado algo, pero corrigiendo esto, aunque el osteocito no se cura, podemos mejorar la sintomatologia que ha producido. Entonces, el tiempo de antes que no nos ha dolido, seguramente, ya estaba en ese tendón. E incluso han acudido pacientes con osteocitos más grandes en otra zona, y no experimentar dolor, aunque la prueba indicara que ahí existe mayor daño. Menuda incongruencia ¿verdad? Da mucho que pensar...
No todo el mundo experimenta dolor aún teniendo degeneración o daño en un tejido en concreto. Y esto es un conocimiento que sabemos gracias a estudios que están evidenciados científicamente, como el realizado por W. Brinjikji et al. de 2015, «Systematic literature review of imaging features of spinal degeneration in asymptomatic populations», (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25430861), que concluyó que los estudios de imagen diagnóstica revelan cambios degenerativos en la columna en un gran porcentaje de individuos asintomáticos (que no tienen dolor) y son inherentes al proceso natural de envejecimiento, es decir, que probablemente en su informe radiológico ponga de todo menos que tiene una espalda sana.
Entonces esto nos hace pensar; si hay gente que no tiene dolor, pero su resonancia ha salido con muchas alteraciones, el hecho de que a mi me duela ¿tiene que estar directamente relacionado con lo que ha salido en mi prueba diagnóstica? o es otra causa que quizás sea más sencilla de tratar y no tenga nada que ver mi dolor con el dolor de mi vecina la del 5º.... Por propia experiencia clínica, este tipo de comentarios son los que más preocupan a nuestros pacientes. Tienen en mente lo mal que lo pasaron algunos conocidos; como aparece en el informe lo mismo, ya relacionamos A+B, y lo que menos quieres es pasar por ello.
-CONCLUSIÓN
Quiero terminar este post haciendo referencia a una frase que escuché de un compañero, el cual dijo que; "Un dolor es un dolor. El dolor tiene muchos factores contribuyentes, así que etiquetar que algo está causando ese dolor puede ser muy poco acertado" Joan Ballester. Esto quiere decir que muchas veces nos obsesionamos con dar un nombre diagnóstico a nuestra lesión, cuando la finalidad es mejorar el dolor de esa zona, independientemente de que el diagnóstico sea un "dolor de hombro" o una "tendinopatía de manguito rotador con bursitis subacromial y lesión en cartílago articular". Esto lo que genera al paciente es una preocupación innecesaria, miedo al movimiento, pensamiento de "voy a reposar porque esto necesita no coger peso y una baja laboral"Cada persona es distinta, cada cuerpo es distinto, y cada uno tiene un estilo de vida distinto. Debemos valorar, escuchar, individualizar, tratar y revalorar.
Vamos a tratar personas, y no patologías.
Fisioterapia Espai de Salut

La prevalencia mundial de la cefalea es de aproximadamente 50% entre los adultos de 18 a 65 años en el último año, y el 30% o más de este grupo ha padecido migraña. Según la OMS, la migraña por sí sola representó la 6º causa mundial de los años perdidos por discapacidad. Colectivamente, las cefaleas fueron la 3º causa. La cefalea crónica puede asimismo predisponer a la aparición de otras enfermedades, como la depresión y la ansiedad que son más frecuentes en las personas aquejadas de migraña que en las sanas. Es importante no mezclar los conceptos de migraña y cefalea, aunque actualmente persiste una controversia entre ambas definiciones. Existen varios tipos de dolores de cabeza, los cuales deben diferenciarse entre ellos: Migrañas o jaquecas : Dolor de cabeza recidivante, pulsátil e intenso que habitualmente afecta a un lado de la cabeza, aunque puede afectar a ambos. Empieza repentinamente y puede estar precedido o acompañado de síntomas visuales, neurológicos o gastrointestinales. Puede iniciarse a cualquier edad, generalmente en personas entre 10 y 30 años de edad. A veces desaparece después de los 50 y es más frecuente en mujeres que en varones. Cefalea tensional : Es la cefalea primaria más común. Se observa en más del 70% de ciertos grupos de población. Es episódica y está relacionada con el estrés o la sobrecarga y tensión muscular. Nos centraremos más en ella. Dolor en brotes : Es relativamente rara; afecta a menos de 1 en 1000 adultos; es más frecuente en los hombres que en las mujeres, con una relación de 6:1. Episodios breves, frecuentes y dolorosos que se repiten incluso varias veces al día. Normalmente se concentran en torno a un ojo, que lagrimea y se enrojece; se acompaña de rinorrea u obstrucción de la fosa nasal del lado afectado, y el párpado puede estar caído. Cefalea de rebote : es un tipo de cefalea causada por el consumo excesivo de medicamentos para combatir el dolor de cabeza. Al abusar se genera un efecto rebote. Puede afectar hasta un 7% de ciertos grupos de población, más a las mujeres que a los hombres. Es una cefalea presente la mayor parte del tiempo, opresiva, persistente y generalmente peor al despertar. Una vez explicadas las diferencias, nosotros vamos a centrarnos en concreto en la cefalea tensional , ya que tiene mas prevalencia de consulta en nuestras clínicas de fisioterapia: 1. Muchas veces este dolor está ocasionado por la propia actividad laboral que implica tensión en el cuello (administrativos, conductores, reponedores…). La actitud postural más común (un 66% de la población en edad laboral) es la cabeza adelantada. Analizamos tejido a tejido cuál es su rectificación: Extensión de la base del cráneo (articulación atlanto-occipital). Flexión de la columna cervical baja. A nivel muscular produce un acortamiento de musculatura posterior. Os nombramos todos os músculos que intervienen en esta posición: suboccipital, semiespinoso, esplenio, trapecio superior y escalenos. Demasiados, ¿verdad? Debilidad de musculatura anterior y la masticatoria. Protracción de la cintura escapular, creando una cifosis dorsal, es decir, hombros adelantados, creando la famosa “chepa”. A nivel óseo creara compresión de las facetas articulares posteriores, (C1, C2, C3) y la superficie posterior del cuerpo vertebral. En pocas palabras, donde apoyan las vértebras unas con otras.

Bienvenidos a la primera entrada del blog de la Clínica de Rehabilitación y Fisioterapia ESPAI DE SALUT. Este espacio lo hemos creado con a intención de poder tener un lugar donde aportaros un granito de nuestro conocimientos, ya que a diario nos encontramos con pacientes que tienen dudas, incertidumbres, conceptos erróneos, que pueden derivar en malos pensamientos y catastrofismos referentes a su lesión, complicando su recuperación o alterando el umbral del dolor. En Espai de Salut sabemos de primera mano que este tipo de preguntas se generan para poder encontrar un origen del dolor, ya que muchas veces el mismo paciente no sabe qué lo generó o cuándo comenzó. El mecanismo de lesión puede ser directo (un golpe, accidente, caída...) o indirecto (movimientos repetitivos, malas posiciones mantenidas, ejercicios mal ejecutados, sedentarismo...). La gran mayoría de veces es difícil saber qué es lo que causó en primera instancia la lesión, pero sí sabemos como poder disminuir, eliminar el dolor, mantener una recuperación, o incuso prevenir lesiones. La intención de dedicaros unos minutos desde aquí es justamente esto último; daros herramientas y mínimos conocimientos de forma sencilla para que vosotros mismos conozcáis cuales son las mejores formas de movernos, ejercicios terapéuticos generalizados aptos para todo tipo de personas y que entendáis mecanismos fisiológicos, a veces necesarios para entender como se lesiona un tejido. Intentaremos daros una visión generalizada para que sepáis sobre los beneficios que nos aporta el ejercicio físico, los inconvenientes del sedentarismo, las diferencias que hay entre movimientos repetitivos (mayoritariamente lesivos) y movimiento controlado (control motor), y quizás, de vez en cuando, un poquito de anatomía sencilla para matar el gusanillo de la curiosidad (que todos, alguna vez, nos hemos preguntado cómo somos por dentro). También queremos generar un espacio interactivo. A los fisioterapeutas nos gusta mucho tener una estrecha relación paciente-fisioterapeuta, que nos preguntéis y nos propongáis retos (aunque de esto tenemos a diario con cada visita que nos hacéis). Si te interesa algún tema en concreto, no dudéis en comunicárnoslo, ya que seguro que estaremos encantados de crear una nueva entrada con información sobre lo que nos preguntéis. Piensa que la misma pregunta que te generas tu, la puede tener muchos mas pacientes de los que te crees. Esperamos que encontréis interesante este espacio, y si os gusta, por supuesto colaboréis con nosotros y compartáis estos conocimientos a través de vuestras redes sociales. De esta forma ayudareis a vuestros amigos, familiares, conocidos a leer sobre temas que probablemente estén presentes a diario, y que no encuentren una solución directa y sencilla como a veces es visitar un fisioterapeuta. Gracias de antemano y... ¡A MOVER EL CUERPO, QUE SE GANA EN SALUD!